Armando Martini Pietri: ¿Quiénes devolverán el
dinero robado a los venezolanos?
El dinero
no tiene amigos ni patria ni ideología y cuando es producto de la corrupción
menos. Cuando se desfalca a gran escala a un país se lo trastorna por completo,
y eso precisamente es lo que ha sucedido y sigue sucediendo con Venezuela. A
tal punto que la recuperación no parece nada fácil. Para un país con altos
ingresos -que el Gobierno derrocha- la devolución de capitales de dudoso
origen y llevados arteramente al exterior, podría ayudar a resolver,
si no todos, buena parte de nuestros problemas.
Se estima
en 300 mil millones de dólares el monto que hay en las cuentas bancarias
extranjeras, según se ha reseñado en declaraciones e investigaciones en diferentes
medios de comunicación nacional e internacional. El monto es
increíble, aplastante es grosero. Es insólito que se hayan sustraído esa
cantidad y no existan ni presos ni investigación ni nombres. El Estado, los
políticos y todos los ciudadanos deberíamos exigir que ese dinero sea
repatriado. El Gobierno de Maduro debería ser el primer interesado, puesto que
el regreso de esos enormes capitales lo ayudaría a mejorar su angustia
financiera. El presidente parece darse cuenta de la gravedad y empieza a dar
señales de enfrentar con decisión la corrupción. Sin embargo habrá que esperar.
Veremos que pasa solo el tiempo y las acciones dirán.
El malandro-ratero-delincuente
de cuello blanco debe ser buscado, perseguido y castigado con las penas máximas
que permita la ley pues ha desbancado a todo un país sin tener misericordia ni
remordimiento con sus ciudadanos. Son unos sinvergüenzas. Pero también, no lo
olvidemos, quienes dentro y fuera de la administración pública han sido sus
cómplices, civiles y militares.
Si bien es
cierto que el gobierno ha invertido en las clases más desposeídas un gran
porcentaje de los ingresos percibidos, no es menos cierto que ésa no puede ser la
excusa para que algunos ladrones se apropiaran del dinero de manera indebida y
mal habida. Según los entendidos más del doble del presupuesto nacional estaría
depositado en el exterior. Y eso es delito de extrema gravedad que perjudica a
todos los venezolanos, maduristas, chavistas, opositores e indiferentes. Y no
sólo desde la oposición y la escasa prensa independiente que va dejando el
estrangulamiento oficial, también y con insistencia desde lo interno de la
revolución se han denunciado muchas corruptelas. Giordani lo hizo, y no ha sido
el único.
El país
está endeudado con medio mundo, China, Rusia, líneas aéreas, las ensambladoras
están en crisis. Ford, General Motors y Chrysler luchan por divisas. Al sector industrial
se le deben unos miles de millones de dólares. Constructores de la Misión
Vivienda, proveedores de muchos rubros son acreedores de PDVSA, por las
expropiaciones de tierras y empresas se les adeudan grandes cantidades, los
juicios en el exterior que perdemos y debemos honrar, y ese desfalco soterrado
que es mantener a realazos a empresas que llevan años sin producir nada. El
asunto es de cuidado y extremadamente delicado. Con lo que se han robado los desfachatados
nos sobraría dinero para reactivar un país en crisis. ¿Qué pasa que nada pasa?
¿La indolencia y la complicidad son totales? ¿Por qué? ¿Quiénes están en el
guiso?
Los casos
son impúdicos y las demostraciones de riqueza son una bofetada a la pobreza.
Alguien reseñó que jóvenes con menos de 30 años tienen cuentas con 150
millones de dólares. ¿De dónde los sacaron?, se pregunta la gente.
Lamentablemente las cifras se consiguen afuera porque la transparencia no
es precisamente una de las virtudes del Gobierno de Maduro. Y esa percepción ya
permea a todos los sectores. En los últimos meses están saliendo a flote
innumerables denuncias, el escándalo de la Banca Privada de Andorra,
perteneciente a una red de blanqueo de capitales, el Banco Madrid, el HSCB, el
financiamiento y entrega de dólares por parte de cadivi a la fundación ligada
al partido Podemos de España, son unos pocos ejemplos de la gran estafa
cometida al país.
Entendemos
que fue presentada ante la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional
un proyecto de Ley de Repatriación de Capitales Forajidos. Muy bien ¿qué ha
pasado? ¿Se le ha dado seguimiento? ¿Por qué no la aprueban? ¿Por qué no
informan al pueblo de ese asunto? ¿Por qué no denuncian públicamente a quienes
se oponen?
China y
Rusia fueron cruelmente saqueadas y golpeadas por la corrupción. Cuando en esas
naciones se restablece la independencia de poderes y la sensatez, los gobiernos
comenzaron una repatriación progresiva de capitales forajidos. ¿Por qué no se
hace lo mismo en Venezuela? ¿Acaso no son países aliados? ¿Por qué no les
preguntan como hicieron? ¿Por qué no se copian o adaptan la ley a la
idiosincrasia de nuestro país? ¿Por qué no hay interés? ¿Por qué no existe
voluntad política para abordar el problema?
Pues bien todos
candidatos a diputados(as) tienen la oportunidad para solicitar e incentivar el
voto con un excelente ofrecimiento electoral que es factible, realizable, y
está claramente dentro de las competencias de los integrantes a la Asamblea
Nacional, y los aspirantes que se postulen deberán comprometerse formalmente
firmando en notaria pública y publicando en los medios de comunicación masivos
la voluntad y obligación sin dilación ni habladeras que dentro del primer mes
de instaladas las sesiones aprobarán dos leyes claves para el país. La Ley de
Amnistía para los presos y asilados políticos y la Ley de Repatriación de
Capitales producto de hechos ilícitos.
Los
ciudadanos estaremos pendientes y veremos quién se compromete, pero no sólo
declarando –las palabras se las lleva el viento- además son muchas las
decepciones, engaños e incumplimientos; hay que firmar y, de no cumplir,
deberán renunciar. Así es como se obligan los valientes que de verdad y
sinceramente quieren trabajar por su país y quien no lo haga no merece nuestro
voto.
@ArmandoMartini
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